El blog de una casa muy especial... en el corazón de la calle más famosa de Madrid

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Fuencarral, 1936 - 1939

Es de sobra conocido que la guerra civil española comenzó en la calle de Fuencarral con el asesinato del teniente Castillo frente a la capilla de la Virgen de la Soledad, en la esquina con Augusto Figueroa.
Solo por este hecho, tan determinante para el comienzo de la guerra, nuestra calle ya quedaría, para siempre, vinculada a la historia de esta fratricida contienda, pero, además, sufrió muchas otras heridas, como consecuencia de obuses y bombardeos.

Impacto de obuses en un edificio próximo a la Telefónica
La presencia en el comienzo de la calle del nuevo edificio de la Telefónica, convirtió este punto en objetivo clave para la artillería y la aviación de los sublevados, que asediaban la capital desde las cercanas Casa de Campo y Ciudad Universitaria.
Las consecuencias fueron, como era de esperar, un considerable número de impactos en el nuevo rascacielos y en los inmuebles cercanos, algunos de los cuales tuvieron que terminar siendo derruidos.
Pese a todo, la Telefónica, que desalojó muchas plantas para evitar riesgos humanos mayores, siguió ejerciendo como centro de comunicaciones durante todo el conflicto.

Los carteles que aparecen tras los refugiados no tienen desperdicio
La estación de Metro de Gran Vía, como tantas otras de la red del ferrocarril suburbano, sirvió a los madrileños de eficaz refugio contra los bombardeos, tal como muy bien se recoge en algunos documentos gráficos de esos años.

Ver, en nuestros días, las fotografías de esa difícil época nos ayuda a valorar mejor la realidad que hoy vivimos, tan diferente de lo que fueron esos tres terribles años que, pese a todo, no consiguieron paralizar la intensa vida de la calle de Fuencarral ni, por supuesto de la 'Avenida de los Obuses', como se conocía popularmente (por motivos obvios) a la Gran Vía madrileña durante la guerra.









Gracias a las fotografías de Atienza y Juan Larrea podemos observar cómo los graves daños producidos en Fuencarral 9, acabaron siendo reparados y la casa presenta, hoy, el mismo aspecto que tenía en los años de la guerra. 









Esta otra foto de Atienza nos muestra los estragos producidos en los números 6 y 8 de la calle de Fuencarral. 
Ambos edificios tendrían que acabar siendo demolidos.
Llama la atención el gigante que aparece sobre la acera, a la derecha de la fotografía. 
O es un curioso efecto visual o se trata de un hombre de asombrosa estatura...
















Un tranvía alcanza la Gran Vía, junto a la casa Murga, en cuya fachada pueden apreciarse los efectos de los bombardeos, consecuencia de su proximidad con la Telefónica.













Regando la calzada de la Gran Vía, frente al protegido edificio de la Telefónica.
Al fondo, el comienzo de la calle de Fuencarral.











Mirando al cielo desde la esquina de la Telefónica con la calle de Fuencarral, pendientes de las evoluciones de la aviación del ejército nacional.







Unos muy bien apilados sacos terreros protegen una parte de la fachada de la Telefónica, junto a su entrada principal, tapada por un cartel que anuncia la película 'Tiempos Modernos', de Charlot.

Bajo el gran cartel de los cines Salamanca y Monumental, se ve asomar la palabra 'Rusia'...

miércoles, 10 de diciembre de 2014

En el otoño de 1927

Cayó en mis manos esta extraordinaria fotografía de la calle de Fuencarral, fechada en 1927. La encontré en la muy interesante página Memoria de Madrid, que nos enseña muchas cosas del pasado de nuestra ciudad. No consta autor conocido, está realizada mediante negativo en placa de cristal y tiene el número de inventario HMM 136.

En un principio, dudé del año, porque la ropa de quienes aparecen en ella tiene, en general, un aspecto algo más moderno, pero, tras analizarla en detalle, he llegado a la conclusión que es, exactamente, de esa fecha y, para ser más precisos, de noviembre de 1927.


ABC, 30 de septiembre de 1927
El dato principal que me lo corrobora es el anuncio del Teatro de la Zarzuela, que advierte que la obra del maestro Vives 'La Villana' está en su última semana en cartel. 
'La Villana' se estrenó el 1 de octubre de ese año (estaba previsto hacerlo el día anterior, pero por 'dificultades en el montaje de los decorados' tuvo que retrasarse). 
Sus representaciones duraron hasta el día 20 de noviembre, por lo que debemos pensar que la fotografía se tomó a mediados de ese mes. 
La forma de vestir de los transeúntes y los adoquines mojados de la calzada son, también, propios del otoño madrileño.
La instantánea es magnífica y es un verdadero tratado de la vida urbana de la época, retratada con espontaneidad y sin aparente formalidad ni pretensiones, lo que la dota de un especial valor añadido.

ABC, 5 de enero de 1936
El motivo central es el soporte publicitario instalado en la esquina de Barceló con Fuencarral. 
Un interesante formato, desplegado en acordeón para aumentar la superficie del anuncio y que ayuda a que se mantengan razonablemente restringidas las proporciones externas del elemento de mobiliario urbano. El espacio principal estaba diseñado para colocar sobre él carteleras de espectáculos en papel (probablemente semanales), mientras que la parte superior estaba reservada para otra publicidad comercial de mayor duración. Dos banderolas laterales servían de protección y, tal vez, podían ser utilizadas como espacios publicitarios.
En noviembre de 1927, el anuncio superior lo tenía contratado Casa Central, un comercio de la cercana calle de San Joaquín 8 'casi esquina a Fuencarral', dedicado a la compra-venta y reparación de máquinas de coser Singer 'de ocasión' que, como bien especificaba en su titular, operaba 'a plazos y contado'. Hoy, en ese mismo local, grande y muy profundo, está el espectacular salón de té Bomec
Hemos encontrado un anuncio por palabras de esta misma casa en el ABC del 5 de enero de 1936.


Portada del catálogo de la Exposición (1926)
La gran pared de ladrillo que aparece a la izquierda de la fotografía corresponde a una de las fachadas laterales del Hospicio de San Fernando, que acababa de ser salvado de la piqueta gracias a la Exposición del Antiguo Madrid que, un año antes (1926), había promovido la Sociedad Española de Amigos del Arte. Delante, sobre la acera de Barceló, unos árboles casi recién plantados nos indican la voluntad municipal de ajardinar la zona, recién recuperada.

Más a la izquierda, en el mismo borde del documento gráfico, vemos la parte trasera de un coche, con su neumático de repuesto (bastante estrecho, por cierto).


Al fondo, ocupando una buena parte de la fotografía, está el gran edificio del Tribunal de Cuentas del Reino, proyectado y construido en 1860 por Francisco Jareño, sobre el solar de  la manzana 350, que ocupó el palacio del Conde de Aranda.

En la fotografía podemos observar otro interesante detalle, ya que el monumental edificio mantenía en 1927 su aspecto original, sin el horrible añadido que, a mediados del siglo XX, se colocó sobre la estructura de Jareño con el fin de incorporar un piso más, algo que, sin duda, afea el conjunto de manera notable.


Semioculta por el soporte publicitario, y a pocos metros de la esquina del Hospicio, se alza una de las muchas torres metálicas de telefonía que en esos años habían inundado Madrid y que no desaparecerían hasta la construcción del rascacielos de la Telefónica y la instalación de las nuevas centrales de los distintos barrios de la capital. La torre continuaría en esa posición durante unos cuantos años más.

El sufrido tranvía eléctrico de la línea 15, modelo Westinghouse I, que sube por la calle de Fuencarral es el otro elemento principal de la fotografía. No vemos su tablilla, cortada por el encuadre de la instantánea, pero debía ser roja, con el letrero 'Pacífico-Puerta del Sol-Chamberí' en letras blancas. Lleva la publicidad de la marca IRRSA (Industrial Resinera Ruth, S.A.), una empresa de pinturas, esmaltes y barnices de Santander. En la foto no se ve bien el cartel, que anuncia: 'ESMALTES IRRSA BARNICES'.

Tras el tranvía asoma, en la esquina de Fuencarral con la calle de la Palma, el cartel de una farmacia. Esa farmacia sigue existiendo hoy. Está en Fuencarral 83 y su titular es la licenciada Carmen Loureda López.

El negativo de la fotografía
La mula (o caballo) que marcha cerca del tranvía, guiada con soltura y despreocupación por  quien más parece un jinete a pie que un mozo, es otro de los detalles que iluminan el momento de aquella mañana (creo que era una mañana) de noviembre. Pero hay más cosas en las que reparar. La farola de la esquina, por ejemplo. Una de esas farolas madrileñas que nos gusta tanto recordar. O el capote del guardia o militar que cruza la calle, acompañado de un hombre con boina. Cerca de ellos vemos un poste de gran altura que tiene aspecto de ser un mástil para sujetar los cables eléctricos del tranvía.

También es interesante observar a la pareja de mediana edad que estudia la cartelera (evidenciando la eficacia de la publicidad) para decidir si van a ir al Maravillas a ver 'Noche loca' o al Romea para disfrutar con la actuación estelar de Mercedes Serós.

Mientras tanto, en la por la acera de los impares de Fuencarral, hasta nueve caballeros con sombrero y abrigo caminan hacia el sur, con aspecto de ir a casa a comer, lejos de la dama de luto que cruza la calle, más en primer plano, siguiendo los pasos del guardia encapotado.
Y, cerca de la entrada principal del Tribunal de Cuentas, me parece ver un pequeño chiscón, antecesor, quizás, del kiosco de prensa que ahora existe, unos cuantos metros más arriba...

Toda una pequeña, sencilla y muy valiosa crónica de la calle de Fuencarral en el otoño del ya lejano 1927... el año en el que nació el cine sonoro, Iberia hizo su primer vuelo comercial y vino al mundo el gran tenor Alfredo Kraus.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Mis fotos de Fuencarral I

La casa Murga, donde comienza la calle de Fuencarral
Conseguir fotos antiguas de la calle de Fuencarral no es tarea fácil. Existen solo unas cuantas, muchas veces reproducidas, que casi todos conocemos. 
Muy de tarde en tarde, van apareciendo otras menos vistas que, claro está, tan pronto como son localizadas, pasan a mi ya considerable archivo gráfico de una calle que, desde hace años, es un centro de atracción para visitantes de todas las latitudes y que tanto y en tantos aspectos ha contribuido a la historia de Madrid.

Me resulta especialmente curioso el hecho de que esta escasez fotográfica se produzca con respecto a una calle en la que tuvieron sus estudios dos de los mejores fotógrafos de la capital: Alfonso y su maestro Compañy.
De igual forma, es sorprendente que el material que se encuentra de los años de apogeo comercial de mediados del siglo XX, en los que la fotografía estaba ya muy popularizada, sea tan limitado. Es probable que esto se deba a la escasez de grandes monumentos civiles y religiosos del primer tramo de esta siempre concurrida vía, pero no se explica que habiendo tenido un comercio tan activo y propicio para la actividad publicitaria, no se conserve un amplísimo archivo de documentos gráficos de sus tiendas y locales.

'Yellow Power' en Fuencarral 47
Lo que menos comprendo es que yo mismo no me dedicase a fotografiar en detalle cada uno de los rincones de esta calle, en la que nací y en la que, desde luego, viví intensamente. Hice fotos, sí, pero su número es ridículo en comparación al que debió haber sido y, por si fuera poco, la gran mayoría de ellas se encuentran hoy en paradero desconocido.

Afortunadamente, no ocurre lo mismo en los tiempos actuales. La explosión comercial de la calle y mi interés en recuperar su memoria y reverdecer cuanto sea posible de su rica y larga historia, han traído como una de sus lógicas consecuencias un creciente enriquecimiento de unos archivos a los que procuro contribuir a diario.
No todo ha de ser grandioso. También se escribe la historia a través de los pequeños detalles, de miradas a rincones escondidos o a realidades efímeras que deben ser captadas en el momento o desaparecerán para siempre.
Las imágenes que aquí aparecen reproducidas, y que fueron fotografiadas personalmente por mí con la imprescindible colaboración de una pequeña cámara digital (Canon Ixus 95 IS, para ser más preciso), tratan de ser un pequeño homenaje a una calle en la que todo es posible... en la que hasta lo más fantástico puede ser real.

Luces de Navidad
Fuencarral es una arteria urbana de movimiento permanente, de flujo constante y frenético, en la que el tiempo no se detiene para nada y para casi nadie (yo soy una excepción, claro). Por eso es bueno guardar para el recuerdo unas cuantas instantáneas que, algún día, ayuden a quienes quieran volver a escribir una vida que hoy nos parece futura y lejana, pero que, en realidad, seguirá siendo eterna. Como para nosotros lo es hoy la calle más moderna de Europa, sin duda la más actual y, también, la de mayor historia y tradición civil, comercial, artística y literaria, siempre a la vanguardia de la evolución, a través de los siglos de esta gran ciudad que es Madrid.


















Kiehl's, Fuencarral 37
















Jose, su triciclo luminoso y sus sombreros

















El gran cartel luminoso de la desaparecida sala de magia Houdini, en la esquina con San Onofre















Los restos del banco Santander en Fuencarral 45



















Sinfonía de colores frente a Fuencarral 39
























La nueva tienda de Calvin Klein Jeans, Fuencarral 18

















El cielo de Fuencarral


















Homenaje a Català Roca

















Cruz de hierro sobre el tejado de la capilla de Nuestra Señora de la Soledad




Fotografías: Paco © González